El año pasado fui de vacaciones a Ipatinga. Viajé en tren por seis horas. El viaje fue fantástico. Mis primas y yo hicimos mucho cacao en el tren. Fuimos de un vagón al otro. Las personas se rieron mucho de nosotras.
Cuando el tren llegó a la ciudad de João Monlevade (mi ciudad) mi abuela y mi tía se encontraron con nosotras y siguieron a Ipatinga. Pero mis primas y yo no hicimos más cacao porque mi abuela es muy séria.
¡El viaje fue óptima!
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